viernes, 30 de mayo de 2008

Guilty

Ella cogió la cuchilla, acarició el filo con la punta del dedo. Estaba muy afilada. cerró los ojos y pensó en sus recuerdos felices... Cuando había dejado de serlo? se preguntó. Cuando empecé a sufrir?
Despues abrió los ojos, las lágrimas comenzaron a correr, se deslizaban tristes y rápidas por su mejilla. No podía contenerlas... No quería contenerlas.

Volvió a cerrar los ojos y acercó la cuchilla a la muñeca, tanteó ligeramente la piel. Después apretó fuerte con un movimiento de vaivén. Las venas se dividieron y los capilares se rasgaron brotando sangre, una sangre sucia y sin sentimiento. Fría.
No sintió dolor alguno. No sintió absolutamente nada, Las lágrimas seguían cayendo. No hubo un solo gemido.

Entonces miró al espejo y contempló su nariz sangrando, sus ojos morados y su mirada vacía, una mirada muerta. Ya no sentía nada.

Se levantó y soltó la cuchilla. Miró a su marido inconsciente y medio muerto, la sangre seguía brotando de su muñeca. Se puso de cuclillas y le susurró al oído: "Nunca volverás a hacer daño a nadie".
Cogió las llaves y salió de casa, subió al coche y se quedo mirando su imagen en el retrovisor... y se repitió a si misma : "Nunca volverás a hacer daño a nadie..."

Mientras ponía rumbo a la comisaría, pensó que la vida le había dado una patada, y eso la llenaba de una tristeza insoportable... y era incapaz de contener las lágrimas.

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