De nuevo, tu primer impulso es traicionero.
Porque tu boca quiere decir “bien”, y todos esperan que digas “bien”, ellos han expresado la muestra de interés de rigor y “bien” es su factura a efectos fiscales. Pero no estás bien, estás hecho una puta mierda, borracho en habitaciones de hotel y hablando solo. Amando, odiando, perdonando y esperando. Pero nadie quiere oír la negra verdad.
Así que dices "bien" y sonríes falsamente.
Parece que la petaca no tiene fondo.
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