sábado, 30 de agosto de 2014

El Encuentro

Apareces.

Y aparezco yo.


Tu mano se desliza un poco por mis dedos, pero se retira prudente.
La mía hace lo propio en tu espalda, y eriza sin querer tu vello.

Tu pierna choca con la mía, pero si la retiro me persigue.

Coincidimos en un espacio estrecho y al pasar de lado tras de ti, casi puedo escuchar un "clic" como si dos engranajes se engancharan, huele a familiaridad también. Pero continúo y el momento se pierde en la levedad de nuestro mundo.

Tu escote, tu piel. Me miran.

Por no hablar de nuestros labios que se disparan a cualquier lugar, pero acaban encontrándose brevemente, como de pasada, como coincidencia.

Mecanismo de autocontrol en tus miradas.
Tu no quieres, pero entre los dos solo hay palabras.

Desapareces.

Y desaparezco yo.


Sólo hay palabras...


martes, 19 de agosto de 2014

Madrid, Madriz, Mydrid.

Mi ciudad.

Ese entresijo de calles con más historias que años. Adoquines incómodos y ruidosos que saludan si les muestras aprecio con tus pasos. La recorro muy poco últimamente.
Cada barrio tiene un pedazo de mi, de mis recuerdos, de mi vida.

Veo tus pasos en muchos de ellos, y los míos aún marcados por tantos caminos andados juntos. Pero cada vez se evaden más. Puedo verlos desde la distancia cómo muchos llevan a tu portal. Al bar de en frente, a esa plaza o ese banco.
Y empieza un amasijo de suelas que se confunden.

Tú pisabas asfalto, yo pisaba nieve, y con la sal para curar, se van desvaneciendo las mías poco a poco, y veo nuevas formas que no reconozco y te persiguen juguetonas.

Entonces huyo de ellas, y me siento huyendo de mi ciudad, y pienso si tú las ves también y qué pensarás.


Que las tuyas siempre marquen el camino a casa.
Que la nieve te recoja siempre si te caes.

Que si me marcho, sigas siendo mi ciudad. Y tú, el estandarte.

jueves, 14 de agosto de 2014

Que te atragante tu luna de miel.

Que se pudran tus deseos.
Que no se cumpla lo que sueñas.
Que nunca tengas primaveras.
Que se te apaguen los besos, y que como a mí, te duela.

Que tus fantasmas nunca más vuelvan a verme.

martes, 12 de agosto de 2014

La ponía, Laponia

“- Todo caduca con el tiempo. El amor también. La gasolina del coche, por ejemplo: si olvidas que se va a acabar te dejará tirado en medio del campo.
- Yo te voy a querer siempre, y si se acaba la gasolina me muero.”




Alabamas en pijamas

Él deambulaba sin mucho rumbo, la mañana comenzaba a avanzar, y mientras todos se iban a acostar, él tenía aún una cuenta pendiente.
Saludaba con gesto vacío a aquel que se cruzara. Su aire distraído le hacía moverse con relativa lentitud, como si la gravedad no terminara de actuar en él. De sus pupilas, dilatadas como agujeros negros, emanaba una melancolía casi palpable, como si pudiera lanzarla allí donde mirara.

De alguna manera llegó a una puerta inesperada y la abrió.

Y allí estaban las tres, acurrucadas cada una en su cama, pequeñas e inherentes al mundo. Dispersas como mantequilla untada sobre demasiado pan.
La imagen le inspiró cierta ternura, o belleza, o ambas...

A fue la primera en abrir un ojo, somnolienta le miró y sonrió, y le invitó a sentarse al pie de su cama.
P y L también amanecieron y preguntaron con la mirada: "¿Cómo estás?"

Él clavó sus ojos en cada una de ellas, sin palabras, prácticamente entregándoles a cada una un pedacito de corazón. Era como si hubiera ido perdiéndolos por el camino y quisiera regalar los últimos, para que le comprendieran, para que le escucharan. Él, de alguna forma, solo quería contar su historia.

Y así comenzaron a divagar sobre su vida. Abrió su pecho y las dejó entrar (tan pequeñas ellas), y que averiguaran quien era y cómo era.

L, que le conocía un poquito más, no tardo en intentar contener alguna lágrima, estaba triste por sus amigos.
A y P, emocionadas por los relatos y su forma de amar, pronto se dejaron llevar.

Él no podía parar de hablar, quería contarlo todo, decir todo. Lo que había callado durante tanto tiempo.


...


Cuando terminó, mucho más airado, las miró. Allí seguían tumbadas y diminutas, con una especie de sensación agridulce. P dijo "¿Nos levantamos a desayunar?", y el resto asintieron.

Al salir del cuarto, sintió el primer coletazo de tranquilidad en toda la noche, y sonrió sinceramente.

Se paró delante de la puerta y susurró "gracias chicas".

Y cerró tras de sí esa entrada a Liliput. Era la hora de enfrentarse al gigante.

¡Ánimo Valiente!


lunes, 11 de agosto de 2014

A girlfriend would be nice...

But I'm already in a relationship with alcohol and bad decisions

sábado, 9 de agosto de 2014

Hoy entraste en mi fb

Y por desgracia, me dormí más tranquilo.

martes, 5 de agosto de 2014

Una prosa de madera.

Soledad que te pegas a mi alma,
en la dulce soledad de este campo de otoño.

No hay momentos de sosiego.
Rebeldía pura de amores... sin amores.

Ilusiones puras y puros conformismos 
intentando levantar el espíritu nostálgico
de querer estar contigo y nunca estarlo.

Volverás de vez en cuando a estas tierras agrietadas
y verás de nuevo a quien te ama borracho...

Borracho de amores y libertades,
Y también de vinos por olvidarte. Borracho...

Y si surgen saludos y palabras 
tal vez notes la dureza de mi estilo
queriendo no herirte en nada,
y en mi soledad sólo herirme yo mismo.


Soledad de amores triste y pura...

Soledad de amores, y locura.